En noviembre del 2019, cansada de grabar tapada con una frazada en mi departamento, por fin logré alquilar la unidad de portería en la Planta Baja de mi edificio, donde podría armar mi espacio de grabación. Cuando uno le da un lugar especial a su deseo, invierte y planifica, de pronto la realidad comienza a cambiar.
Todo se manifiesta mas rápido. Mi amigo y colega Adrían Antelo se propuso para ayudarme y armar una cabina como la que él se había armado 10 años atrás. Esta historia la contaré con fotos ¡mucho mejor que con letras!
Y fue así, gracias a la calidad humana y la pasión inconmensuarable de Adrián Antelo, logré por fin grabar cómoda, sin ruidos, con un espacio destinado a crecer y proyectarme profesionalmente.
El 17 de marzo del 2020 , ya estaba la obra finalizada y salí corriendo a comprar un escritorio y un sillón porque se venía el cierre de todo. El mundo entraba en pausa con el confinamiento por un año y medio de pandemia.
Durante toda esa etapa, pude grabar y conectarme con el mundo entero. Disfrutando de cada seminario de LIDA (La Industria Desde Adentro) de Natalia Rosminati, asistiendo a todos los workshop , que lograron en mi y en muchos, un cambio en la concepción del futuro. LIDA nos hizo pensar que no existen fronteras para los sueños y nos animó a “hacer historia” . Y son varios los casos que conozco que “lo hicieron”, me incluyo en ellos.
Eternas gracias a mi amigo “Antelito”, gracias a su esfuerzo y dedicación en esa cabina, desde la pandemia en adelante han salido los trabajos necesarios para lograr la construcción de mi nueva casa y estudio en las sierras cordobesas.
Algo que toda la vida soñé.
¡Gracias !