Un día en el año 96, sentí la plena definición del término “Tábula Rasa”. Todo lo que creía era mi aliado, fue iluminado por otra luz. La verdad quedó revelada.
Mi mundo se dio vuelta por completo. ¿Qué fue lo que no vi para que me pase esto? Esa, fue la pregunta inicial que impulsó mi búsqueda. Al tiempo que iba variando la sensación de lo que no vi, por lo que no quise ver.
Hacer el Camino de Santiago no fue sólo una aventura turística, fue un acto de rebeldía íntima.
Por un lado no quería seguir heredando decisiones ajenas, por eso hay veces que es necesario podar el árbol genealógico. Por el otro, necesitaba entender dónde me había equivocado y de que forma hacer otro camino: el de las posibilidades.
Cual Forest Gump, mi primer contacto con el pensamiento y la búsqueda fue pedalando -y rumiando- la ciudad de Buenos Aires de día y de noche. Con lluvia, sudestada o sol. Sola, como “loca mala” -dicen-. Comenzando a re-descubrir el mundo. Quería otra oportunidad. Aprender a ser más responsable. Dejar de echar culpas a la vida por las frustraciones. Dejar de hacer oídos sordos a verdades que te cachetean a diario. Basta de excusas para no ser feliz.
Elegí hacer terapia y en conjunto, viajes en bici en solitario.
Asi recorrí como cicloturista Corrientes, Mendoza, Catamarca, La Rioja, Misiones, Córdoba (uff la de veces!!) San Martín de Los Andes, Balcarce-Mar del Plata.
Un día, en una lista de correo electrónico de ciclistas hablaron de diferentes nombres de travesías para hacer en bici. La Bilbao Bilbao, la Quebrantahuesos, El Camino de Santiago.
“Camino” daba la idea de apertura, y posiblididad. Un lugar para ir habitando más lugares al pasar.
Gracias a la Ciclolist@ de Faco Perez Andes y a Michel Castillo que me alojó 3 días junto a su familia en Pamplona España, pude hacer esta aventura que me ayudó- junto a mi eterno diván-, a pensar y construir como ideas locas, todo lo que hoy, siento que son mis bendiciones. Eran utopías, hoy son realidad.
Les cuento de qué se tratan los Caminos de Santiago.
Son de una serie de Rutas Santas de la cristiandad en España, que desde el medioevo son transitadas por millones de peregrinos en busca de la redención de sus pecados al llegar a la Catedral de Santiago de Compostela.
Estoy bautizada. Hice la comunión, la confirmación… y me echaron en Junio de 5 año del Colegio Cristiano por cantar en el recreo cuestionar la historia de la Biblia porque yo aseguraba que era un mito. Ni siquiera es histórica -decía-. Se cree en Dios como en los extraterrestres . ¿Qué pruebas hay? Además hubo un incidente de malos entendidos en un recreo con una monja que me tenía entre ceja y ceja, y terminó de inclinar la balanza. El Colegio era el Inst. Ana María Janer.
No creo en DIos. Soy mas agnóstica que atea. Creo en las leyes universales, en la psicología, en la física, en la naturaleza y la astronomía. Y creo que cuando se apaga la luz el último día es chau y nada mas.
Hacer el camino lo tomé como una aventura, también para seguir cuestionando mis creencias. Pero no lo hice de forma religiosa. Fue en plan de descubrirme a mi misma y lograr escuchar por donde iba mi deseo…
Esta aventura tiene sus tips, super importantes de cumplir. Para ser considerado “peregrino”, debes recorrer alguna de las rutas a pie, en bicicleta, a caballo o lomo de mula por al menos 100 kilómetros.

¡No vale ir en auto!
Al ir atravesando las etapas o postas, que pueden ser de 20 a 70 kilómetros por día, cada alcaldía de los pueblos a los que vas llegando sellan tu “Compostela” o tu credencial de Peregrino. Con eso, y todos los sellos obtenidos, al finalizar el periplo, te otorgan la“indulgencia plenaria”, que es un certificado, como un diploma. La VTV del alma.
Elegí hacer el Camino Francés, uno de los más tradicionales, que recorren las provincias de Navarra, La Rioja , Burgos, Palencia, León, Lugo, A Coruña, hasta llegar al Faro del fin de mundo en Finiesterre.
Me animé a hacerlo sola y recorrer estos 975 kilómetros llenos de aventura en bicicleta, destellos de nuevos sueños por cumplir, encontrar nuevos amigos “ciclogrinos”, con mochila y alforjas llenas de preguntas que a su tiempo encontraron respuesta.
“Es la pregunta la que nos impulsa” decía el guión de una famosa película que se cuestionaba cómo salir del sistema, o la Matrix. El “porque” nace de los muchos interrogantes que habitaban en mi en aquella época, Julio del 2001.
Aquí, en esta nueva web, quisiera evocar esos hermosos fogones con charlas peregrinas.
Toda mi web es una oda a la charla…
De aquellos que transitan un camino, sin decirles por donde tienen que ir, solo charlar de nuestro paso. Sin juzgar, ni vender nada. Alentando a quién está decidido, comprometido a ir por más.
A muchos, la profesión le llega como legado familiar, o por una búsqueda personal al finalizar el secundario. En lo personal, fue un muy largo proceso de búsqueda. Esa búsqueda que para mi ha sido sagrada, quedó plasmada en cada rincón que recorrí pensando la vida, sus vueltas, cuitas y al amor en cada rincón, en dos ruedas.
La bici y el deseo… podría escribir un libro.
Pedaleando. Pensando. Recorriendo nuevos lugares, buscando otros. Encontrando gente hermosa, y no tanto. Proyectando, soñando paso a paso, dándole forma a lo que hoy es mi realidad.
Recién despues de hacer el Camino de Santiago, me animé a cursar la carrera de Locutora. Para mi fue un antes y un después. Llegué al Camino desde el diván, dándole alas a los sueños que ni me atrevía a poner en palabras. Lo tenía prohibido. Para todo hay un porqué y una historia.
La profesión no es una “carrera”. La profesión habla del acto de profesar. Poner en acto lo que sentimos en eje con nuestra verdad. Para mi la profesión es eso. Llegó recién cuando pude cortar muchas ramas del árbol genealógico que a la mujer (como estereotipo) se le impedían hacer determinadas cosas, en especial hablar y gobernar responsablemente su propia vida.
Propósito, vocación, sueños y el camino del deseo.
Bienvenidos a este rincón peregrino.
Creo que contarlo, en modo PODCAST mezclando sueños, verdades y relatos fantásticos podrán hablar un poco mejor como he llegado de este lado del Laberinto, a mi pequeño paraíso Cordobés, donde espero ver como sigue perfilado mi deseo en movimiento…
¡Ultreia!
